Adherencia, control, acción. ¿Coges las riendas de tu salud?

Hace aproximadamente dos meses estuve varias horas de un sábado por la mañana participando en una actividad de Colegio de Fisioterapeutas, dedicada a la adherencia al tratamiento de fisioterapia (porque los fisioterapeutas, aunque mucha gente no lo sepa, dedicamos una parte importante de nuestro tiempo libre para seguir formándonos y así poder mejorar día a día como profesionales). El motivo principal para acudir a este evento era la dificultad que me encuentro con algunos pacientes para que sigan el plan de ejercicios, cambios posturales o de hábitos, etc., que les propongo para poder continuar con los cuidados en casa. La actividad fue amena e interesantísima, donde la ponente, Inma Villa (que lo hizo fantásticamente, podéis seguirla en Twitter: @villa_inma ), utilizó juegos, metáforas, dinámicas de grupo… y una gran cantidad de referencias a estudios científicos. En resumen, una gran actividad sobre un tema, la comunicación, donde los fisios tenemos mucho que aprender. Además a algunos nos dio tiempo a tuitear para poder contarles a otros compañeros lo que allí estaba ocurriendo (una sana  costumbre que hace que la información se comparta de forma desinteresada a través de las nuevas tecnologías). Aquí podéis ver algunos tuits de aquel día:

adherencia sevilla

Sabemos que la salud es un estado complejo relacionado con factores biológicos, psicológicos y sociales, y es por eso que, a la hora de trabajar con personas con algún tipo de lesión, enfermedad o dolor crónico, hay que considerar muchas cosas. La adherencia al tratamiento es una de ellas.

El concepto de adherencia se refiere a cómo los pacientes se implican y colaboran en el tratamiento prescrito por el profesional sanitario, y esto puede extenderse a un tratamiento farmacológico, una dieta, un régimen de ejercicios domiciliarios, un cambio de hábitos de vida… y debe ser resultado de un proceso activo de negociación y entendimiento entre el paciente y el profesional sanitario. Importante es también la duración en el tiempo de esta adherencia, es decir, que ésta se prolongue lo suficiente. En ella intervienen multitud de factores (se han identificado unos 200), internos y externos, desde creencias, personalidad, actitudes ante la enfermedad, experiencias previas, relación paciente / terapeuta, motivaciones individuales, familia, entorno social… Existe evidencia de que una adecuada adherencia terapéutica mejora la salud de las personas y potencia el resultado de los tratamientos.

Ya sabéis los que me leéis de vez en cuando que soy un poco pesada con eso de que hay que hacer ejercicio, cambiar hábitos… pero es porque como profesional sanitaria que soy me interesa fomentar un estilo de vida saludable y la máxima independencia posible de los pacientes con respecto al personal sanitario. A estas alturas ya se han realizado estudios sobre estos temas, y en el campo de la fisioterapia, algunas conclusiones son, por ejemplo, que los pacientes que realizan ejercicios en casa mejoran más que los que solo se quedan con la terapia manual realizada en consulta. Pongamos que me viene un paciente con un dolor y pérdida de movilidad articular en el pie, por ejemplo. Si yo realizo una serie de técnicas articulares, por ejemplo, ello podría producir un efecto de aumento de la movilidad y reducción del dolor. En la consulta los pacientes están un rato, pero el día tiene muchas horas. Supongamos que yo pauto un ejercicio para que el paciente realice en el domicilio; si este lo hace (y el ejercicio es adecuado y está bien realizado) la mejoría lograda en consulta se va a mantener por más tiempo. Esto no lo digo yo, lo dijo el profesor Chad Cook en el último curso de terapia manual en el que estuve, basándose en gran cantidad de estudios. Pero es que es de lógica, ¿no os parece?

A propósito de esto, recordar, como ya he dicho en otras ocasiones, que los fisioterapeutas no somos una especie de salvadores que os van a curar de vuestras patologías o lesiones con nuestras maravillosas manos, debemos ser vuestros guías y acompañantes en vuestro proceso de recuperación de la salud y el movimiento, y, aunque para ello empleemos de forma preeminente técnicas de terapia manual, va a estar en vosotros conseguir que estas mejoras se prolonguen en el tiempo. De nuevo, tenemos que tomar las riendas de nuestra vida, y el dolor y las lesiones forman parte de ella, no podemos dejar que otros sean los que exclusivamente se ocupen de ella, mientras contemplamos como si con nosotros no fuera la cosa, hay que participar activamente.

El concepto de adherencia está relacionado con otro, el de locus de control en tanto que parece que las personas con mayor locus de control interno presentan mayor adherencia a los tratamientos propuestos, y por tanto, mejores resultados y a más largo plazo. En alguna otra entrada de blog lo he nombrado, voy a explicar un poco de qué se trata.

El concepto Locus de control proviene de la teoría del aprendizaje social, acuñado por Rotter en 1954. Esta idea ha ido evolucionando, y que en los últimos años se ha investigado su papel en la salud. Aquí voy a explicar un poco en qué consiste y qué implicaciones tiene en la salud humana, pero sin entrar en detalles, pues no es el objeto de esta entrada.

El locus de control sería algo así como la percepción de la  propia capacidad para dominar los acontecimientos que nos suceden; cuando una situación se percibe como posible de controlar por uno mismo, hablamos de locus de control interno; por el contrario, si la idea es que un acontecimiento se escapa a nuestro control, tenemos el locus de control externo, en cuyo caso no importan las acciones o esfuerzos del sujeto, pues el resultado será consecuencia de otras circunstancias. Véase que el locus de control realmente se trata de una creencia, es una percepción por parte de los sujetos, no una verdad objetiva, pero configura el comportamiento.

En el campo de la salud, las personas que realizan una valoración positiva sobre la salud, y además piensan que a través de sus hábitos diarios pueden influir positivamente en ella tendrán un mayor locus de control interno. En las personas con locus de control externo priman las ideas de que existen factores externos que controlan la salud de los individuos. De esta manera, el locus de control se relaciona con la capacidad de elaborar estrategias de afrontamiento ante los problemas y situaciones de la vida.

Algunas investigaciones han señalado, por ejemplo, que personas con mayor locus de control interno reportan menos intensidad del dolor. Esto es especialmente interesante cuando hablamos de dolor crónico; las personas que creen que las causas y soluciones a su dolor están fuera de sí mismos, no realizarán ningún tipo de esfuerzo para afrontarlo, buscarán soluciones pasivas que no tienen eficacia a largo plazo (terapias de diverso tipo, fármacos, masajes, reposo…). En cambio, las personas con problemas de dolor crónico con locus de control interno, a la larga disfrutan de una mayor calidad de vida, pues van a adoptar estrategias activas de afrontamiento, manteniéndose activos y en movimiento en la medida de lo posible, y van a aprender a auto-cuidarse, adoptando una actitud positiva y responsable de su estado, una de las mejores cosas que uno puede hacer en estos casos.

¿Os he convencido ya de la importancia de la implicación activa en los tratamientos? Espero que por lo menos os haya hecho reflexionar sobre ello. Como dije al inicio, todo ello depende de muchos factores, también los terapeutas tenemos responsabilidad a la hora de inculcar a los pacientes todo esto e implicarlos en el tratamiento. ¿Cuáles son los principales factores que de pacientes y terapeutas que pueden reducir o dificultar la adherencia a los tratamientos?

Como pacientes, se me ocurren algunas cosas, por ejemplo: no seguir las pautas propuestas por el fisioterapeuta, problemas en la comunicación (no expresar las dudas, objetivos, etc. al personal sanitario ), no realizar los ejercicios la cantidad de veces propuesta (esto es muy importante por ejemplo en el Método Mckenzie), tener una actitud pasiva ante su salud, malos hábitos, y fundamental, el miedo al movimiento o quinesiofobia (muy habitual, es la creencia de que el movimiento nos va a dañar, que es una creencia completamente desfasada actualmente), falta de apoyo social y familiar, incompatibilidad de las pautas indicadas con el trabajo del paciente, desmotivación…

Como fisioterapeutas, somos los terapeutas del movimiento, por lo tanto, es nuestro deber promover la adherencia a tratamientos basados en el ejercicio, y a veces tenemos que hacer un poquito de auto-crítica, ya que en ocasiones ocurren cosas como: no tener en cuenta expectativas / objetivos / preferencias del paciente (a veces nuestros objetivos y los de los pacientes son muy diferentes, y no nos damos cuenta), no explicar de forma clara los ejercicios y las pautas a seguir, no expresar seguridad cuando hablamos, no encontrar su motivación adecuadamente, tener el ego por las nubes y querer imponer nuestro criterio por encima de cualquier cosa, no dedicar suficiente tiempo a reforzar estos comportamientos positivos, no dedicar el tiempo suficiente a explicar al paciente su problema para que pueda comprenderlo mejor y de esta manera implicarse más, no escuchar a los pacientes… por lo tanto, la COMUNICACIÓN entre fisioterapeuta y paciente es de extrema importancia para llegar a establecer una alianza terapéutica que permita avanzar y conseguir unos buenos resultados, más allá de realizar técnicas, técnicas y más técnicas.

Espero que esta entrada de blog os haya resultado interesante, y os pueda hacer reflexionar un poco sobre qué actitud estáis tomando ante vuestra salud. Si queréis comentar sobre vuestra experiencia, ya sabéis que estáis invitadísimos. ¡Hasta la próxima!

Bibliografía

-Presentación de actividad del grupo provincial de Sevilla del ICPFA “Adherencia terapéutica en fisioterapia”, celebrada el día 9 de mayo de 2015.

Variables cognitivas implicadas en la experiencia de dolor crónico. Lucía Moretti. Revista argentina de ciencias del comportamiento. Vol 2, nº 3, 2010.

-¿Cómo influye el control percibido en el impacto que tienen las emociones sobre la salud? Jordi Fernández Castro y Silvia Edo Izquierdo. Anales de psicología, 10 (2), 1994.

Locus of control patterns in headaches and chronic pain. Francisco Javier Cano García, Luis Rodríguez Franco, Ana María López Jiménez. Pain Research and Management. 2013, 18 (4).

-¿Juega el locus de control de la salud un papel clave en la salud durante la adolescencia? Zdanowizc, Janne, Reynaert. European Journal of Psychiatry. Vol 18, nº 2. 2004.

 –Locus de control. Evolución de su concepto y operacionalización. https://www.revistapsicologia.uchile.cl/index.php/RDP/article/viewFile/17338/18077

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